La otitis es una de las enfermedades más habituales en los perros y también una de las más molestas. Su dolor puede ser tan intenso que provoca que el perro incline su cabeza, y se rasque hasta dañarse la zona de la oreja. Incluso puede reaccionar agresivamente cuando le intentamos tocar.
Uno de los síntomas que podemos percibir primero es un intenso olor a rancio o a pus, que en un principio mucha gente atribuye erróneamente al olor corporal del propio perro. En este caso, lo primero que hay a tener en cuenta es comprobar si realmente el olor proviene del oído.
El tratamiento de la otitis es complejo ya que habitualmente se origina por gérmenes y por otras enfermedades que inician el cuadro de la otitis. Además cada germen se trata con medicaciones diferentes, por lo que hay empezar por identificar cual afecta al perro.
Ante los primeros síntomas de otitis en un perro es esencial que su dueño actúe en seguida y lo lleve al veterinario para conseguir un diagnóstico cuanto más precoz mejor. Es necesario evitar que esta enfermedad se cronifique para tener éxito en su tratamiento.
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