Cuando tenemos un cachorro en casa debemos ser conscientes de que sus primeros meses con nosotros son claves para que se convierta en un perro estable, tranquilo y sociable. Es lo que se considera su periodo de sociabilización.
En esta etapa el cachorro aprenderá a enfrentarse a las nuevas experiencias que tiene en su proceso de crecimiento, y de cómo lo haga ahora dependerá como lo haga de mayor. En este tiempo descubrirá como debe relacionarse con los demás perros, con los humanos y con todo lo que sucede a su alrededor: ruidos, coches, calles desconocidas.
Eso sí, los dueños del perro deben estar concienciados de que todas estas experiencias nuevas que vive un cachorro deben ser positivas, para evitar que pueda desarrollar fobias en su etapa madura y que pueden convertirse en una verdadera tortura tanto para nuestra mascota como para los dueños.
Por lo tanto, el cachorro debe ir tomando contacto con el mundo que le rodea de manera paulatina y sin vivir cada nueva acción como un trauma. Es importante que nosotros nos mantengamos relajados cuando a él le asuste algo, porque de esta manera se calmará antes. También resultará clave que le proporcionemos una guarida donde pueda refugiarse cuando él lo considere oportuno: su transportin con la puerta abierta será perfecto.
Un último consejo: si el cachorro reacciona mal ante alguna situación, no debemos desmoralizarnos y volverlo a intentar unos días después, aunque suavizándola. Poco a poco conseguirás que se calme.
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